Darwin

Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.

domingo, 17 de enero de 2016

Y ahora ... ¿Qué debería estudiar?. Guía básica para toma de decisiones.

Esta reseña va dirigida a aquellos estudiantes que están haciendo dos difíciles cosas al mismo tiempo: la primera,  estudiar y prepararse de forma muy meticulosa para un presente y futuro inmediato; la segunda es que, al mismo tiempo que realizan la primera  comienzan a verse desbordados por una futura e inmediata decisión que tienen que tomar en breve: ¿qué voy a estudiar el año que viene? ¿y si me equivocó? ¿ y si no me entusiasma lo que elijo? ¿y si luego no tengo las suficientes oportunidades profesionales por el grado elegido?...



Por una parte podríamos pensar que es simple, ya que es algo que depende de lo que nuestra mente y corazón nos digan, pero por otra padres, profesores, medios de comunicación e influencia de compañeros hacen que se convierta en una de las decisiones más complicadas en la juventud temprana.

La razón principal por la que escribo este artículo es a raíz de que cada vez son más los alumnos que me piden una valoración y opinión que les ayude a tomar la decisión adecuada, eso como docente me encanta, pero además fue una pregunta en concreto la que me ha llevado dicha redacción. Sergio: Si volvieras a tener nuestra edad, sabiendo lo que sabes ahora, ¿volverías a estudiar lo mismo?.
Es una pregunta poderosísima ya que remueve tu interior completamente y la respuesta inmediata lamentablemente iba a ser un NO rotundo. Pero reflexionando mi respuesta, dándome unos segundos y pensando con la mayor "objetividad" posible lo que respondí fue un SÍ rotundo.

La experiencia que voy a contar es la mía y va asociada a una historia personal , por lo que es un dato más , una referencia sin más pero que puede ayudar a muchos a "acertar" con su decisión.

En mi época de estudiante durante el BUP y COU (de 3º de ESO a 2º de bachiller) me daba cuenta de varias cosas: me encantaban las asignaturas de ciencias (matemáticas, física, química y biología), no siempre obtenía buenas calificaciones pero me entretenían y motivaban. También prestaba mucha atención a los docentes que explicaban bien, no a los más creativos, ni divertidos, ni los que removían mi curiosidad sino aquellos que conseguían que entendiera la realidad , por lo que empecé a intuir que me gustaría convertirme en uno de esos profesores de ciencias de Colegio o Instituto. Un tercer factor era clave: mi pasión por comunicar, por transmitir información, por documentarme y por tener contacto con la gente joven, siempre sentía que en algún momento de mi vida querría volver al colegio, a mi colegio de toda la vida o a otro. 
Me sentía bien cuando explicaba cosas a los compañeros y cuando no entendía algo me rodeaba de los mejores para superarme, no para ser como ellos.

Cuando llegó el momento de decidir tenía claro que una carrera de ciencias, pero es verdad, que de las cuatro opciones la que más me entusiasmaba era biología, por que englobaba aspectos de todas y tenía un gran componente memorístico, cosa que a mi me hacía sentir seguro y cómodo.
Mis padres me dieron la oportunidad de estudiar la carrera deseada, y a pesar de que no era una carrera con muchísimas salidas profesionales dejaron que hiciera realidad mi sueño.Por sintetizar y no contar toda mi vida resumiré rápidamente los años siguientes: me encantó la carrera, me formé fuera de casa (lo que hizo madurar bastante), luché por hacer  realidad mi sueño de ser profesor ( y lo conseguí) y logré y he logrado  mantener la motivación viva en mi interior.

Ahora, después de varios años de experiencia, formación directiva, idiomas, de mi ámbito científico y experiencia laboral acumulada en un Centro educativo sí que es verdad que me han surgido nuevas inquietudes, y en algún momento me he planteado si el camino elegido y la tarea desarrollada es la correcta. La realidad que conoces nunca es como idea previa que había en tu mente,  la teoría universitaria, y el paso de los años hace que en tu vida haya factores que hagan que las prioridades puedan ir cambiando.
Es por ello, que dicha pregunta me desconcertó pero lo que si tengo claro, es que si volviera a tener 17 años otra vez volvería a elegir lo mismo, a hacer lo mismo, y por supuesto, nadie me aseguraría que el camino iba a ser el único o adecuado. Lo que sí que es cierto es que elegí no pensando en acertar, sólo elegí teniendo en cuenta los siguientes parámetros: lo que me gustaba y amaba por entonces, lo que podía (mentalmente y económicamente, por mis padres), lo que desarrollaba  o podría desarrollar parte de mis habilidades o puntos fuertes , en definitiva, lo que intuía que me podía hacer feliz.

Como una opinión no basta para ayudar a tomar una decisión, completo el artículo con un ligero libro que leí llamado "Iceberg a la vista", de Miguel A.Ariño y Pablo Maella. Con 9 sencillos y básicos consejos nos ayudan a tomar decisiones, los cito y los adapto sencillamente al contexto que comento.


  1. Preocúpate más por decidir bien más que por acertar. está claro que hay que ser estratégico pero no se puede hacer predicciones con 17 años de cómo va  a ser la sociedad dentro de 6-8 años, qué profesiones van a ser las más demandadas o mejor pagadas, etc. Elegir pensando en acertar en todo es un error, ya que no controlamos el entorno tan cambiante.
  2. Identifica claramente tus objetivos. tienes que sincerarte, ¿qué quieres con la elección?. Disponer de un abánico de posibilidades, trabajar en investigación, ganar dinero, trabajar en el exterior, buena reputación, emoción, seguridad...Haz una muy breve lista con tus tres mayores prioridades, eso te ayudará muchísimo.
  3. Plantea tus problemas de forma realista. Una cosa es lo que te gusta, lo que quieres, lo que más te motiva, etc. Otra muy clara es analizar el entorno, el contexto. ¿te apoya tu familia? ¿es viable? ¿puedes conseguir la calificación necesaria?. Sincerarse y conocer las limitaciones no es una carga, es una ayuda muy potente para acotar las posibilidades.
  4. No te autoengañes, es muy fácil hacerlo. No tomes decisiones por factores que no tengas claro. ejemplo: voy a estudiar empresariales, que tiene muchas salidas y aunque no me gusta mucho me acabaré motivando. En primer lugar, las salidas las buscan las personas con sus recursos, preocúpate de trabajarlos durante el grado Universitario y en segundo lugar,  las empresas seleccionan personas, con competencias y habilidades, siempre, siempre, siempre vas a tener que competir con otros por un hueco en la Universidad o por un puesto de trabajo.
  5. Reconoce la incertidumbre y gestiónala. Toda decisión hace que abras nuevas posibilidades y cierres puertas a otras opciones. Toda decisión tiene un futuro incierto, pero los nervios y ansiedad no pueden frenarte en la consecución de objetivos. Ejemplo: muchos estudiantes se están preguntando de forma constante si han elegido de forma adecuada en el bachiller o en la carrera, eso mismo frena su rendimiento más de lo que creen. Lucha y trabaja cuestionándote de vez en cuando, pero no a menudo.
  6. Se creativo y genera alternativas:  No te voy a engañar, ninguna decisión es perfecta. Si te das cuenta cuando has elegido un grado o carrera que tu opción es limitada abre el abanico. ejemplo: haz un segundo grado, trabaja en algún departamento de la Universidad para coger experiencia, realiza asignaturas de otros grados para completar tu formación, haz un máster de empresa si sientes que sólo con ciencias o humanidades  no tienes formación económica, etc. Tú vas elaborando un itinerario único.
  7. Ten en cuenta que tus decisiones tienen consecuencias: todas las decisiones tienen un efecto  colateral  que diseña nuestras vidas, tienes que saberlo.Cuando yo elegí estudiar fuera de casa perdí relación con amigos de mi ciudad pero es verdad que tengo amistades del resto de España que son maravillosas. Tienes que ser consciente que hay grados que llevan más carga teórica, otros más creativos y práctica, algunos tienen pocos alumnos y la relación profesor-alumno es muy familiar, algunos tienen entre más de 100 alumnos y son más impersonales...
  8. Lo que decidas ponlo en práctica. Una vez hayas entrado en el grado , carrera o formación profesional elegida tienes que aprovechar al máximo los recursos que te brindan dentro. Si hay posibilidad de hacer prácticas muy pronto  y te gusta la empresa, práctica cuanto antes, si hay posibilidad de ir a seminarios o trabajar en departamentos y te gusta investigar elige esa opción, si puedes formar parte de la toma de decisiones y te gusta el trato con la gente forma parte de algún grupo activo (ejemplo: Trabajo medioambiental en la Universidad), elige las asignaturas más atractivas, etc.
  9. Sé consciente de que todo no es racionalidad. Los nueve puntos anteriores no son únicos, ni perfectos, solo son una ayuda, un apoyo, un acompañamiento. Desde mi punto de vista pienso que hay que elegir con criterios lo más objetivos posibles y con cabeza, pero si el corazón, intuición y deseo interior no acompañan deberías de hacer otros planteamientos. 
Para concluir ten en cuenta una cosa, nada de lo que hagas es irremediabe o irreparable, esta decisión que vas a tomar en breve es muy importante pero no determinante. Hace poco más de 20 años había pocos grados a elegir y la trayectoria profesional de las personas era bastante lineal y ascendente si hacían las cosas bien, pero también es verdad que aunque no convivían con vuestra/nuestra incertidumbre actual había pocas posibilidades de salirse de la línea pre-trazada. No dudes que si por lo que sea no has acertado siempre estás a tiempo de cambiar y que, a veces,  gracias a una decisión no tan a acertada descubres algo que te entusiasma. Ahí está lo bonito de la vida. ¡Ánimo!








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