Darwin

Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.

lunes, 19 de octubre de 2015

El aula y "el día de la marmota".

No sé si muchos de vosotros habréis visto aquella película donde el actor  Bill Murray, representa a un meteorólogo de una cadena de televisión,  frustrado con sus ambiciones y aburrido de su vida profesional y   acompañado por una redactora, la actriz  Andy Mac Dowell, acuden a una población de Pennsylvania donde cada 2 febrero se celebra el conocido día de la marmota.
Al finalizar la grabación de televisión  sufren los imprevistos de una tormenta de nieve y tienen que quedarse a pernoctar en el pueblo. A la mañana siguiente el pobre  y ambicioso meteorólogo se despierta y vuelve a vivir el mismo día, el famoso día de la marmota, así una y otra vez , casi infinitas veces y sucede que hasta que no sufre una profunda transformación en lo que es , y no en lo qué hace , no puede vivir un 3 de febrero.


La película me sirve para plantear una curiosa reflexión y contradicción que se da al mismo tiempo en las aulas. Muchos de los docentes  nos sentimos en muchas ocasiones como Bill Murray en el día de la marmota, nos da la sensación de que pasa el tiempo y por muchas cosas que hagamos, muchos experimentos y nuevas técnicas de motivación que realicemos con nuestros alumnos obtenemos, no resultados iguales, pero sí muy parecidos a los de toda la vida.

A muchos de nosotros nos gustaría dar un cambio radical que rompiera con esa monotonía y rutina, que despertara el interés inmediato de nuestros alumnos, conseguir una clase en actitud, comportamiento, etc que fuera totalmente distinta, y cuando alguna vez lo hemos intentado los resultados finales han sido más que dudables.

Cuando nos ponemos críticos y analizamos los datos lo hacemos casi siempre desde la perspectiva del alumno, decimos cosas como: " al final siempre igual, no se lo han estudiado...", "no he conseguido que interioricen las cosas", " me he esforzado siendo creativo y más de los mismo...".
La idea que lanzo es radicalmente distinta y tiene que ver con algo más profundo, ¿podemos ser capaces de escapar de "el día de la marmota" si la transformación no es interna?.
Creamos  y trabajamos con mucho ahínco actividades, proyectos, portfolios, etc pero realmente ¿estamos trabajando nuestras emociones, nuestra psicología positiva y  nuestra actitud ?.
¿Por qué pedimos cambio a los alumnos por implantar unas acciones o planteamientos pedagógicos novedosos cuando realmente nosotros no interiorizamos los cambios?.

Es muy complicado romper con la rutina nuestra y la de nuestros alumnos sólo planteando cosas diferentes, ya que la sociedad nos lleva ventaja con las nuevas tecnologías, creando estímulos nuevos casi de forma inmediata.El "arma" más poderosa es la transformación interior y la capacidad para crear preguntas que lleven a la transformación lenta y paulatina de nuestros chicos.

Hace poco un alumno me dijo: Sergio, me tienes que motivar. Y yo le respondí: la motivación debe nacer de ti, yo no puedo invertir mi energía en motivarte, la tengo que invertir en venir motivado a darte clase y ser tu catalizador, es decir, aquel que te acompaña en tu proceso formativo y educativo.
Como ejemplo práctico puedo decir que no podremos ser coach de nuestros alumnos si previamente no nos conocemos y no realizamos un proceso de coaching sincero con nosotros mismos, y nos guste o no, esas herramientas , tarde o temprano las tendremos que aplicar sobre nosotros mismos, antes que con los alumnos, para ver verdaderas transformaciones y sentirnos llenos de energía para que ningún día vuelva a ser como el día de la marmota.


Por Sergio Calavia 

1 comentario:

  1. http://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2015/10/05/marina_hay_fantasticos_docentes_pero_son_autodicactas_nadan_contracorriente_546580_310.html

    ResponderEliminar