Darwin

Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.

miércoles, 13 de julio de 2016

¿Cero talento?

Hoy en día parece que los grandes logros se consiguen con esfuerzo pero también con talento. Siempre aparece esta palabra, la del talento, es muy común hablar de ella, sobretodo pensando en algunas personas. todos nos creemos con derecho a opinar y creemos saber cuando alguien tiene o no tiene talento para algo, incluso aunque no seamos conocedores de esa disciplina o ese tema (talento para bailar, el fútbol, para tocar el violín, etc).



Según la RAE el talento se equipara a inteligencia y aptitud. la definición asociada es la de persona inteligente o apta para el desempeño de algo.Es decir , el talento depende de la inteligencia y de la aptitud. Si las inteligencias hoy ya sabemos que son múltiples y las aptitudes tienen que ver con las capacidades y disposiciones para el buen desempeño, teniendo en cuenta que ambos se pueden trabajar y mejorar, se llega a la conclusión de que el talento para una persona en algo no es estático, sino que puede cambiar con el tiempo.

En la imagen superior, una de esas que circulan por la red, aparecen 10 aspectos para los cuáles  se requiere "cero" talento (no estoy de acuerdo), ya que si esos aspectos se trabajan durante un tiempo en un alumno o docente para su desempeño, si midiéramos posteriormente los resultados veríamos que el talento se habría potenciado. Vamos describir los items a modo de ejemplo en el aula.

1)Ser puntual. hoy no está de moda, parece que se pone una reunión a las 17h y es "normal" que poco a poco se incorpore la gente, se da por hecho que lo habitual es comenzar algo unos minutos más tarde. El hecho de que un alumno sea puntual es sinónimo de disciplina, organización, fuerza de voluntad, memoria y respeto al docente que va a comenzar la clase. Si nosotros como docentes no lo somos, los alumnos no lo tratarán como un valor diferencial y por ello no lo valorarán como algo importante para su desempeño laboral. Es necesario, en la medida adecuada, felicitar por la puntualidad.

2) Ética laboral. en este caso ética dentro y fuera del aula. Nosotros como docentes somos referentes, no de lo que decimos sino de lo que hacemos. de nada servirán grandes discursos con pobres acciones. Un alumno es ético cuando no copia, cuando ayuda a sus compañeros, cuando favorece el desarrollo de la clase, cuando participa en un trabajo grupal de forma activa, cuando no miente por un incidente, etc.

3) Esforzarse. Es complicado a veces medir el esfuerzo tanto dentro o fuera del aula, pero es de necesario obligatoriedad buscar indicadores de ello. La entrega de actividades, la mejora del discurso, la realización de esquemas, la atención continua, la limpieza de las tareas, etc son indicadores del esfuerzo. Si le damos de palabra un gran valor pero no así ese esfuerzo contribuye a resultados académicos los alumnos pensaran que no merece la pena esforzarse y buscaran estrategias del mínimo esfuerzo para conseguir resultados parecidos.

4) Lenguaje corporal. Cuando explicamos en el aula el lenguaje corporal de nuestros alumnos es clave. Cómo se sientan, nos miran, intervienen, copian , preguntan, se dirigen a nosotros, etc. ¿Pero nosotros como docentes lo cuidamos?. ¿La comunicación no verbal la trabajamos?. Sería bueno que los docentes fuéramos conscientes de ello. La excesiva agresividad o por el contrario timidez, el tono de voz, el cómo estamos sentados, cómo nos paseamos, hablamos, gesticulamos, etc es analizado por los estudiantes. Nuestra dejadez puntual se traslada a ellos de forma inmediata.

5) Energía. Hay alumnos que transmiten energía en lo que hacen, sinónimo de entusiasmo, buen descanso, vitalidad, motivación,etc. Nosotros como docentes tenemos que valorarlo pero es muy importante en caso de que nuestros alumnos no transmitan esa energía analizar las causas. Hablar con ellos a modo de tutoría informal, preguntarles si descansan, si les gusta lo que estudian y si les va bien socialmente o con sus familias nos puede llevar a una respuesta a la hora de valorar ese impulso vital. Nosotros tenemos que ser enérgicos, por lo tanto, hacer esa autoevaluación propia también nos vendrá bien para mejorar este aspecto.

6) Buena actitud. A veces los docentes confundimos las cosas. Pensamos que si un alumno no hace todo lo que le pedimos no tiene buena actitud. Hay que valorar las alternativas que ellos proponen. A veces, los alumnos no han desarrollado todas tareas que tenían que realizar y en lugar de excusas me han dado soluciones alternativas. ejemplo: En un trabajo de biología se pedía a los alumnos que buscaran noticias de prensa y las comentaran en la exposición en clase, uno de los grupos de trabajo no realizó esta parte pero en cambio realizó una entrevista a un profesional, grabada y comentada, ¿no es eso una buena actitud?... Otras veces son los alumnos los que "desprecian" de forma continua nuestras alternativas, eso si sería sinónimo de mala actitud y un indicador de sus posibles futuras reacciones ante un compañero o supervisor en el mundo laboral.

7) Pasión. Este aspecto es más complicado. No todos los alumnos sienten la misma pasión por todas las asignaturas, lo habitual es que lo hagan por alguna de ellas. Es clave tener pasión nosotros en nuestro trabajo para contagiar pero también hablar con el resto de profesores o tutor para conocer la verdadera pasión o inquietudes de nuestros alumnos. ejemplo: La pasión artística de un alumno se puede equiparar en la asignatura de biología a que sea el responsable de realizar el póster anunciador de una actividad de la materia.

8) Aceptar que te enseñen. Es el aspecto más delicado hoy en día. No está de moda la lección magistral, pero yo la defiendo. Siempre le digo a los alumnos que tienen la suerte de aprender si escuchan a una persona que tiene un bagaje formativo y experiencia profesional. A veces los alumnos no nos valoran lo suficiente por que piensan que nuestros conocimientos no son aplicables o que se pueden encontrar en cualquier sitio. hay que educar en dos cosas: la primera, enseñar a que te escuchen, así ellos también escucharán en el futuro a sus compañeros de trabajo pero también hay que aprender como docentes a escucharles y  tomar ideas de ellos. Son grandes catalizadores y a veces consiguen que hagamos las cosas de forma diferente y mejoremos como profesores. la mejor escuela de un profesor son sus alumnos.

9) Hacer un poco más. Más cantidad no es sinónimo de más calidad, pero hacer un poco más dice mucho de la persona y diferencia unos alumnos de otros. En una clase de 25 alumnos los 2 o 3 alumnos que hacen un sobreesfuerzo dan un pequeño valor añadido a su trabajo diario quedan en la retina del docente. Es un valor muy diferenciados, tanto en alumnos, como en compañeros de profesión.

10) Estar preparado. Siempre les pregunto a mis alumnos por la mañana antes de empezar. ¿Habéis leído el tema ya? ¿tenéis todo preparado en la mesa? ¿os habéis informado? ¿habéis hablado con otros compañeros de años anteriores y os han asesorado sobre los aspectos clave de una asignatura?... Adelantarse un poquito a lo que puede o va a ocurrir es sinónimo de ser estratégico, planificador y organizado.Si haces una excursión al campo en ciencias naturales para estudiar un ecosistema ¿hace falta qué te digan que consultes la información meteorológica? ¿o qué lleves algo para tomar notas o fotografiar?.

Después de leer estos diez items , ¿estás seguro que alguien es "bueno" en todo esto ... ¿de verdad no tiene talento?. Todas los aspectos que trabajes potenciaran tu talento como alumno o docente. ¡Ánimo, y haz tus propósitos!



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